domingo, 18 de octubre de 2009

La importancia de la oración individual y en congregación.






“Quien quiera que cumpla con la oración establece la fe, y quienquiera que descuida la oración descuida la fe” Ihia ´Ulum Ad Din.

La oración es el mejor de los actos, como lo califica el siguiente Hadiz narrado por Ibn Mas´ud:

Le pregunte al Mensajero de Allah (s.a.w) ¿Cuál es la oración más amada por Allah? Me respondió: “realizar cada oración en su momento prescrito”. Le pregunté: ¿Y después cuál? Respondió: “tratar a los padres con honor y respeto”. Le pregunte: ¿Y luego cuál? Respondió: “El Yihad por la causa de Allah”. (Bujari, Muslim)

La oración es muy importante porque es un eslabón directo entre el siervo y su Señor. Gracias a ella el musulmán logra desconectarse de los asuntos cotidianos y conectarse íntegramente en su Señor, pidiéndole ayuda, guía y perseverancia para continuar transitando el Camino Recto. Por eso no nos sorprende que se considere a la oración como el mejor de los actos, pues es la fuente con la cual el creyente llena su piedad (Taqua) y el manantial con el que se purifica de sus pecados.

Abu Huraira dijo:

Escuche al Mensajero de Allah (s.a.w) decir: “¿Qué dirías si hubiese un rio que corre por la puerta de vuestras casas, y lo utilizaseis para bañaros en él cinco veces todos los días, acaso os quedaría algún rastro de suciedad?” Las personas contestaron: No nos quedaría ningún rastro de suciedad. Él dijo: “De la misma forma borra Allah los pecados con las cinco oraciones diarias” (Bujari, Muslim).

Yabir dijo:

El Mensajero de Allah (s.a.w) dijo: “Las cinco oraciones diarias son como un río profundo que fluye por las puertas de vuestros hogares en el que os bañáis cinco veces cada día” (Muslim).

Abu Huraira narró:

El Mensajero de Allah (s.a.w) dijo: “las cinco oraciones diarias y la de los viernes son una expiación para los pecados realizados durante el tiempo transcurrido entre unas y otra mientras ningún pecado mayo (Kabirah) sea cometido” (Muslim).

´Uzman Ibn ´Affan dijo:

Escuche al Mensajero de Allah (s.a.w) decir: “Si cuando llega el momento de la oración obligatoria el musulmán hace correctamente la ablución, reza con recogimiento, y respeta todos sus movimientos, ella expiará sus pecados pasados, siempre que no sean pecados mayores. Y esto vale para todos los tiempos”. (Muslim)

Los Hadiz y relatos que exaltan las virtudes de la oración, describen su importancia y sus beneficios son muchos. No es pasible citar todos.

El musulmán devoto intenta rezar en comunidad (Yama´ah) en la mezquita siempre que pueda. El Profeta (s.a.w) nos dijo: “La oración realizada en congregación (Yama´ah) supera veintisiete veces a la oración realizada individualmente”. (Bujari, Muslim)

El Profeta (s.a.w) dijo: “Si el musulmán realiza el Udu´ adecuadamente y luego sale con la única intención de ir a orar en la mezquita, entonces por cada paso que de su rango en el Paraíso será elevado en un grado, y se le perdonará una de sus pecados. Y cuando termina de rezar, mientras permanezca en su lugar de oración y no pierda su Udu´, los Ángeles continuarán su súplica por él diciendo: ¡Oh Allah! Bendícelo ¡Oh Allah! Ten misericordia de él. Y esperar por la oración siguiente se considera como estar rezando”. (Bujari, Muslim)

El Profeta (s.a.w) albrició con el Paraíso a aquél que anhela orar en la mezquita en congragación por la mañana y por la noche: “Allah preparará un lugar en el Paraíso para quien se dirige a la mezquita por la mañana o por la noche” (Bujari, Muslim).

Por consiguiente, los Sahabah siempre estaban deseosos de asistir a las oraciones en congregación. Refiriéndose a esto, Abdullah Ibn Mas´ud dijo:

Quienquiera que aspire a encontrarse con Allah como un musulmán, que se acostumbre a asistir a las oraciones siempre que la llamada a la oración se realice. Allah ha mostrado a vuestro Profeta (s.a.w) como transitar por el camino recto, y estas oraciones (en la mezquita) son una manera de ello. Si rezáis en vuestros hogares como aquel hombre que se quedó en su casa, entonces habréis abandonado la Sunnah de vuestro Profeta (s.a.w). Y si abandonáis la Sunnah de vuestro Profeta, entonces os desviaréis. Y por cierto que hubo un tiempo en el que la única persona que se quedaba en su casa en el momento de la oración era aquella conocida por su hipocresía. En esa etapa, había hombres que concurrían apoyándose en otros dos, hasta llegar a formar parte de la fila de los orantes. (Muslim)

El Profeta (s.a.w) estaba tan interesado en que las personas asistiesen a las oraciones colectivas en la mezquita que quiso incendiar las casas de aquellos que no concurrían a rezar en congregación son motivo:

“¡Por Aquél en Cuyas manos está mi alma! Ciertamente quise ordenar que se juntase leña y me fuese alcanzada, para luego de ordenar que se realice la llamada a la oración a asignar a un hombre para que la dirija, quemar los hogares de aquéllos que se ausentan se la oración en congregación” (Bujari, Muslim).

La distancia no era impedimento para los Sahabah que asistían a la mezquita siempre que oían el llamado a la oración, no importaba cuán lejos estuvieran sus casas. La oración colectiva era tan estimada para ellos, que incluso se regocijaban por la distancia entre sus casas y la mezquita, porque sabían que cada paso que daban para acudir era registrado entre las buenas acciones que luego les serían recompensadas.

Ubaii Ibn Ka´b dijo:

Había un hombre de los Ansar cuya casa era la más distanciada de la mezquita según mi conocimiento, pero nunca perdió una oración. Alguien le preguntó: ¿Por qué no compras un asno para montar cuando esté oscuro o muy caluroso? Y éste respondió: No me gustaría que mi casa estuviese cerca de la mezquita, porque yo quiero que mi ira hacia la mezquita y el regreso a mi hogar sean registrados como buenas acciones. El Mensajero de Allah (s.a.w) dijo: “Allah te ha recompensado por todo eso” (Muslim).

El Profeta (s.a.w) le aconsejó a aquellos Sahabah cuyas casas estabas lejos de la mezquita no mudarse a casas más cercanas. Los tranquilizó cuando les informó que sus esfuerzos por llegar a la mezquita se registrarían entre sus buenas acciones, y que sus numerosos pasos no serian en vano.

Yabir dijo:

Algunas áreas alrededor de la mezquita quedaron libres entonces Banu Salimah quiso instalarse allí. Cuando el Profeta (s.a.w) oyó hablar de eso, les dijo: “He oído que queréis mudaros cerca de la mezquita” Ellos dijeron: Si ¡Oh, Mensajero de Allah! Eso es lo que nosotros queremos hacer. El dijo. “¡Oh Banu Salimah! Permaneced donde estáis, pues vuestros esfuerzos por llegar a la mezquita se registran entre vuestras buenas acciones” Ellos dijeron: Entonces no queremos mudarnos. (Muslim)

Abu Musa dijo:

El Mensajero de Allah (s.a.w) dijo: Aquél que recibe la mayor recompensa por rezar es el que viene del lugar más lejano; y quien espera para rezar con el Imam recibirá una recompensa mayor que el que reza y luego se va a dormir”(Bujari, Muslim)

Los creyentes son exhortados en muchos Hadiz a rezar en comunidad la oración del Fayr y la del ´Isha´. El Mensajero de Allah (s.a.w) explico que ha y una gran recompensa para los que recen estas dos oraciones en la mezquita. Aquí solamente exponemos dos relatos:

Uzman Ibn ´Affan dijo: Escuche al Profeta (s.a.w) decir: “Quien reza la oración del ´Isha´ en congragación es como si rezara durante la mitad de la noche, y quien reza la oración del Fayr en congregación es como si se pasara la noche entera rezando”(Muslim).

Abu Hurairah narró que el Mensajero de Allah (s.a.w) dijo: “No hay oración más pesada para los hipócritas (Munafiqin) que la del Fayr y la del Isha´. Si supieran cuánto (de bendiciones y recompensas) hay en ellas, asistirían aunque tuviesen que venir gateando”. (Bujari, Muslim)

El musulmán devoto que anhela tener éxito en la otra vida no duda en realizar tantas acciones Nauafil (actos de adoración voluntarios) como puede, de noche y de día, porque ello lo acerca más a su Señor, y lo hace merecedor de contarse entre aquéllos que reciben Su ayuda divina, como dice el siguiente hadiz Qudsi:

“Si Mi siervo se acerca a Mí con los actos voluntarios Yo lo amo. Y cuando Yo amo Mi siervo soy su oído con el escucha, su vista con el que ve, su mano con que la que ase, y su pie con el que camina. Si me pide algo se lo concedo, y si busca refugio en Mí lo protejo” (Bujari).

El musulmán sincero trata de realizar todas sus oraciones correctamente, pues sabe que no se trata sólo de hacer ciertos movimientos con el corazón vacío y la mente distraída.

Cuando finaliza su oración no se apresura para volver al bullicio de la vida cotidiana, sino que pide perdón a Allah, Le alaba y lo glorifica según lo establecido en la Sunnah. Luego se vuelve a Allah, el omnipotente, suplicándole humildemente, pidiéndole la guía y el bienestar en esta vida y en la otra. De esta manera, la oración cumple su función de purificar el corazón el alma. Por esta razón, el Profeta (s.a.w.) decía: “la fuente de mi satisfacción más profunda es la oración”. (Por Ahmad y An Nasâ`i con un Isnâd Hasan).

Aquellos que oran sincera y humildemente están bajo el cuidado y la protección d Allah, y por ello no temen cuando las adversidades se les aproximan, si son injustos cuando algo bueno les ocurre:

“Ciertamente el hombre fue creado impaciente, se desespera cuando sufre un mal y se torna mezquino cuando la fortuna e favorece, salvo los orantes” (70:19-22)
          
 Texto recopilado por la hermana Huda bint Muhammad al-maghrabi.